Estoy con ganas de llorar, demasiadas. Demasiadas ganas de llorar.
Ya tengo los ojos vidriosos. Otra vez.
Creo que si me pongo a escribir es peor. Me da ese nudo en la garganta.
Intento tomar mates y lo único que tengo son ganas de vomitar todo. Vomitar cada líquido y comida ingerida. Vomitar cada sentimiento, sensación.
Estoy tan cansada. De verdad. Estoy cansada.
Cada día, me levanto con una ilusión distinta. Un pensamiento nuevo. Un aire diferente (para terminar los días de la peor forma).
¿Qué me pasa?
Me pongo a llorar de nuevo.
necesito vomitar.
Y me siento tan miserable haciéndolo ya.
La lágrima empieza a brotar, otra vez por mi mejilla. Una onda y seguimos sucumbiendo en este abismo, tan lleno de dudas.
Eso es.
Duda.
Pobre mi cabeza que no para de pensar. Pobre mi cuerpo que no para de sufrir. Pobre mi alma, mi alma. Cómo llego a este punto, de la nada, y me ahogo en una lágrima.
Basta eso.
Lágrima.
Dando a entender, que mi cuerpo libera toxinas.
Toxinas que liberan presiones.
Viejos amores.
Nuevas pasiones.
Viejos amores.
Nuevas pasiones.
Una mente que no para de crecer,
de odiar, de despreciar.
Pensamientos claves que no me llevan a ninguna parte.
Desesperación.
Desamor.
De todo.
Lágrima.
"No sé si te amé mucho, no sé si te amé poco. Lo que sí sé es que nunca, volveré a amar así"
No hay comentarios:
Publicar un comentario